«El gordo de Megaupload»

“El gordo de Megaupload” Bcnmes – Febrero 2012

En los últimos tiempos, mis amigos se habían recluido en sus habitaciones. Mientras yo me capuzaba cubatas, ellos se enchufaban series americanas. El FBI ha venido a solucionar mis problemas de celos.

Lo más curioso del fenómeno serie yanqui es la pátina de intelectualidad y crítica que se les presupone a más o menos interesantes y originales culebrones que perpetúan el “American way of life”. No inocentemente Fox produce “Los Simpson”, serie rebeldemente conservadora o “Padre de Familia”, la gran serie nihilista. Sólo hay que echarle un vistazo a la caterva de Sitcoms de líos de faldas amorosos y tufo a buenrollismo, o acaso alguien vio alguna vez algún tipo de trama política o laboral en “Friends”. Hay una sola excepción; “The Wire”, la gran tragedia sisífica capitalista.

El gordo de Megaupload ha dado con sus huesos en la cárcel en una operación del  FBI que nos recuerda que el Imperio existe y utiliza la fuerza  para aplastar a los que socavan sus intereses, sin reparar en fronteras (véase Syriana de Stephen Gaghan). Ahora bien, se produce aquí una gran paradoja con nuestro rubicundo gorderas.  Al mismo tiempo que esquilmaba beneficios a las grandes empresas del entretenimiento americanas, perpetuaba ideológicamente el modelo capitalista que las ampara. El Robin Hood de leotardos apretados robaba Prozac para regalarlo a los pobres. Como en las esquinas de “The Wire”, todos íbamos a pillarle al gordo la mierda que nos mantenía tranquilitos.

Hay además una  hipocresía muy fácil de detectar. Si adoráis  o por lo menos os cae bien el gordo de Megaupload también deberíais simpatizar con Fabra, pues la única diferencia es de radio de acción y de suerte con la lotería. Uno actúa en Valencia, el otro es internacional. Los dos llevan gafas negras, son orondos, les gusta la F1 y el lujo. Los dos se enriquecen fraudulentamente y los dos gozan de la simpatía de quienes se aprovechan de sus hurtos. No en balde Fabra ha tejido una red de clientelismos con la que arrasa en las elecciones, igual que la dosis de series yanquis: todos quieren pillar su mierda. Os dejo pensando donde queda Anonymous en toda esta analogía.