EEUU en Greyhound

EEUU en Greyhound

(Artículo que escribí a nuestro regreso de Estados Unidos para la revista digital PanfletoCalidoscopio)

f_hector_greyhound El día 21 de noviembre del 2008 partí en avión desde Barcelona con Mario López-Aranguren para recorrer EEUU grabando las elecciones americanas y el ambiente postelectoral. El viaje se prolongó hasta el 17 de diciembre del 2008 y regresamos con 12137 millas y 63 horas grabadas que se convertirán en una “road-movie” documental. Aquí un glosario del viaje, unas consideraciones generales. En los siguientes capítulos desglosaré las ciudades, las elecciones  y los personajes que nos encontramos.

 GREYHOUND: La compañía de autobuses por excelencia. Más de 4000 destinos a lo largo y ancho del país. Alrededor del coche gira toda la vida en el país, no tenerlo es sinónimo de pobreza extrema. En Greyhound viajan sólo las clases más desfavorecidas, a saber; ancianos excombatientes de Vietnam, exconvictos, inmigrantes ilegales, prostitutas, madres divorciadas con un tropel de hijos, hippies que cultivan marihuana en California o trabajadores temporales de algún sector machacado por la crisis. Ahí nos empleamos un mes atravesando costa a costa y conociendo a los personajes protagonistas del documental.

 Una de las diferencias más sustanciales con Europa en materia de transporte son los trenes, hay muy pocos y son lentos. Una anécdota: en los años 40 la General Motors compró todos los ferrocarriles y tranvías de California para eliminarlos y allanar el camino a su industria automovilística, sólo San Francisco resistió. El país tiene una enfermedad que ya explicó el pasado presidente Bush Jr: el petróleo, Obama ha prometido trenes durante la campaña. La dependencia es total, aunque ya volveremos sobre esto.

f_hector_americafat NEORREALISMO EN HOLLYWOOD: Hay una página de Internet en la que se puntúan películas, se comparan gustos y se buscan almas gemelas cinéfilas. De las 1078 pelis que he puntuado 753 son estadounidenses, y aun así me precio de ser un amante del cine facturado en Europa. Las comparaciones con el referente cinematográfico son constantes mientras transitas el país y descubres que Vittorio de Sica tiene su continuación en el cine americano. Como en las películas, los policías americanos comen sucios perritos en la calle, los negros llevan capuchas y hablan “de esa manera” que hablan los negros, las alcantarillas deslizan humo, San Francisco tiene prolongadas pendientes como en la peli de Steve Mcqueen, los blancos pobres son gordos y viven en caravanas, el fútbol americano monopoliza las pantallas de los bares y el ama de casa blanca es “friendly and Honey”

 GORDOS Y POBRES: Acostumbrado a ver documentales sobre África en los que la relación pobreza y flaqueza está estrechamente ligada (no se tiene dinero, no se come) uno se extraña del panorama americano. La clase baja está hinchada hasta las trancas. Los “white trash” (blancos que viven en una caravana o apartamento cochambroso, con familia numerosa y coche destartalado) son gordos. Son muy gordos porque comer mierda de la buena es muy barato (si eres pobre) y muy rápido (si tienes que trabajar 14 horas diarias). Ocurre un increíble fenómeno paranormal: comprar en un supermercado y cocinar en casa es más caro que comer fuera. Yo, que en mi vida había comido más de tres hamburguesas, saldé mi deuda con ellas con creces. No sólo de Mcdonalds vive el hombre, es la punta de lanza (se lleva los palos por ser el más listo de la clase) de un sistema muy refinado de empaquetar mierda.

 La gordura americana no es como la española, orondos tripudos de buen color y sonrisa amplia. Allí es todo sebo, grasa y depresión, como decía un alemán en Yosemite: “parece que los hayan llenado de agua”

 f_hector_dogURBANISMO: El mayor problema que se encuentra un mochilero. Salir del autobús y recordar al bueno de Paco Martinez Soria en “La ciudad no es para mí” es inmediato. Exceptuando algunas ciudades: Nueva York, Chicago, San Francisco, Nueva Orleáns, es imposible transitarlas sin coche. Todas tienen un “downtown”: nódulo de rascacielos, deshabitado y casi desértico donde no se respira vida. De ahí salen interminables autopistas que comunican con los barrios residenciales que tanto hemos visto en las películas, segregados sin piedad. Si pillas un mapa y un oriundo de la ciudad en la estación de buses te puede explicar rápidamente donde están los barrios negros, los chicanos, los puertorriqueños… para que, sobretodo, los evites. Un blanco no pisa territorio negro que a su vez no pisa territorio puertorriqueño que a su vez no pisa territorio chicano en su vida.

 Las autopistas están llenas de “zonas de servicio” que es donde realmente los americanos conviven. Establecimientos de comida rápida, wallmarts, peluquerías, tiendas de jardinería y talleres mecánicos fundamentalmente y ahí está la verdadera radiografía de la vida americana. El sueño capitalista de tener una casa con jardín (conectado con el ideal hippie, algo habitual) queda demostrado que destruye el concepto de ciudad clásico e invertebra a la población. El individuo americano no necesita de plazas públicas ni lugares comunes de encuentro, bibliotecas o parques, se concentra en trabajar y gastar, mezclarse es inútil y quizás peligroso.

 

 

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