El gran clásico del veranito es la Sala Montjuïc. En una explanada de césped a la orilla del castillo de Montjuïc, se proyectan todos los lunes y viernes desde el 3 de julio, a cambio de 6 ecus. Todas las sesiones están precedidas de sugerentes conciertos de jazz que riman con las proyecciones. El 3 de agosto no os debéis perder Nebraska de Alexander Payne, aunque tampoco estaría mal trepar hacia Montjuïc para ver Cinema Paradiso, Relatos Salvajes, Reservoir Dogs, El Gran Lebowski o Frances Ha, aunque ya las tengas repes.

Otra opción que se afianza es el Cinema a la Fresca, enfrente del Club de Natación de la Barceloneta, en la mismita playa. Todos los jueves y domingos a partir de las 21h y de manera gratuita se exhiben películas de menor recorrido en el circuito de exhibición barcelonés. Proyectan las españolas 10.000km, Bugarach, Loreak o Barcelona, nit d’estiu, y también la inclasificable y lisérgica El Congreso del director israelí Ari Foldman.

Si con los arreones de calor no te apetece bucear entre largometrajes, los chicos de MECAL ofrecen otro año más selecciones temáticas de cortometrajes con títulos como: Especial Robots, Youtube Contest, Trash Anim y Especial Antihéroe, entre otros.

El último que no hay que perder de vista es el Gandules del CCCB, con la programación menos convencional. Este año ha tocado a Nacho Moreno a elegir 8 películas bajo la lema “el verano y su desorden amoroso”. Además es céntrico, gratuito y tiene hamacas, aunque para gozar de ese privilegio prepárate para acampar en la puerta.